Las ideas valdenses y taboritas que cubrían Bohemia fueron reproducidas con mucho detalle en la obra de Nicolás Storch. Influido por sus primeros contactos en Bohemia, Storch mostró un fiero espíritu denunciador hacia los que disentían de él. En 1520'se alió con Tomás Müntzer, un pastor luterano de Zwickau, altamente educado, que como Lutero atacaba el establecimiento sacerdotal y monástico del sistema romano. Storch estableció un tipo distintivo de organización eclesiástica siguiendo el modelo de las iglesias taboritas que había conocido en Bohemia. El siguiente año Müntzer se volvió a Praga. Aparentemente la instrucción que había recibido aquí lo puso en el partido de los radicales irrecuperables.
Storch, mientras tanto, que parecía haber influido en Müntzer los principios y la política bohemia, permaneció en Zwickau, donde casi volvió radicales a varios de la facultad de Wittenberg, pese a que estaba sosteniendo errores "bohemios". Carlstadt, Celado, y hasta Melanchton, se impresionaron grandemente con Storch.
El último confesó estar muy perplejo sobre cómo contestar los argumentos de Storch contra el bautismo infantil. Después de regresar de Bohemia, Müntzer se estableció como pastor en Alstedt. Aquí su predicación revolucionaría contra las injusticias sociales y religiosas hizo mucho para preparar el camino a la revuelta de los campesinos. Expulsado de Alstedt en 1524 por las autoridades, se apresuró a Mühlhausen, donde su doctrina de revolución social, mezclada con agitación popular apocalíptica y fanática, precipitó la guerra de los campesinos. Aquí estaba un radical que nunca fue anabautísta. Aunque Müntzer fue matado poco después, su influencia no murió con él. Otros dos dirigentes, Hans Hut y Melchor Rinck, atraídos por las ideas milenarias de Müntzer, predicaron ideas milenarias a lo largo y lo ancho de los estados alemanes.
El sucesor de Müntzer, un hombre que se parecía a él en muchos sentidos, era Melchor Hoffmann (Aprox. 1490-1543). Es muy posible que algunas de las ideas milenarias de Hoffmann fueran obtenidas en Estrasburgo de Nicolás Storch, el maestro de Müntzer. Después del desastre de la guerra de los campesinos, muchos de los radicales se abrieron paso hasta Estrasburgo en el sur de Alemania, donde prevalecía una medida de tolerancia. Los dirigentes como Storch, Jacobo Gross, Hans Denk, y Miguel Sattler, le habían dado un aire milenario a los radicales de Estrasburgo. En 1529, después de un revoltoso ministerio en Suecia y Dinamarca, Hoffmann regresó a Estrasburgo y tal vez fue bautizado allí en 1530. Ahora Hoffmann fijaba osadamente el año 1533 como la fecha del principio del reino milenario de Cristo y llamaba a Estrasburgo "la nueva Jerusalén". El ordenó que el bautismo fuera suspendido por dos años para prepararse para el evento. La mayor parte de los dos años viajó por los Países Bajos, haciendo mientras tanto un discípulo de Juan Matthys, quien superaría a su maestro en el fanatismo milenario. Hoffmann fue echado a la cárcel en mayo de 1533, en Estrasburgo, donde murió diez años después. Matthys anunció en 1533 que era el profeta Enoc que había sido prometido por Hoffmann, y asumió la dirección del partido fanático.
Fue Matthys quien puso el escenario para el fracaso de Münster. El pueblo de Münster, una ciudad del norte de Alemania, había reaccionado favorablemente a la predicación evangélica de Bernardo Rothmann entre 1529 y 1532. Muchos radicales invadieron la ciudad, y en 1534 Juan de Leyden y Gert Tom Closter, representando a Matthys, llegaron para hacerse cargo. El mismo Matthys anunció entonces que Münster, y no Estrasburgo, iba a ser "la nueva Jerusalén". La toma de la ciudad por los radicales hizo que vinieran las tropas del obispo católico romano. En el asedio y la guerra que siguieron, Juan de Leyden, que se convirtió en jefe cuando Matthys fue matado, introdujo la poligamia y ordenó el bautismo o el destierro. La ciudad aguantó por un año. Los pocos dirigentes que fueron capturados fueron torturados y luego alzados en una jaula a la torre de la iglesia principal de Münster. Sus huesos permanecieron allí por siglos, un constante recordatorio de los deplorables efectos del movimiento radical.
Místicos Radicales. — El extremado énfasis sobre las observancias sacramentales, y la fría teología escolástica y estrictamente intelectual produjeron una reacción de los que buscaban dentro de sí mismos el testimonio y la iluminación del Espíritu. Moviéndose en una atmósfera que despreciaba tanto los sistemas sacramentales católicos romanos como los protestantes, estos místicos con frecuencia se veían atraídos por los anabautistas no sacramentales y sus doctrinas radicales.
Uno de estos era Hans Denk (1495-1527), un erudito humanista y reformador asociado con Zwinglio por un tiempo. En 1525 él organizó una iglesia anabautista en Augsburgo, pero sucesivamente fue echado a Estrasburgo, Worms y Basilea, donde murió de la peste en 1527. Sus escritos lo vinculan con los místicos primitivos. Su amigo, Ludwig Hetzer (1500-29), tuvo una experiencia un tanto similar con sus perseguidores antes de su ejecución en 1529. Sebastián Franck (1499-1542) se cambió del romanismo al calvinismo y fue acusado de cambiarse al anabautismo. Su pronunciado misticismo y su desafiante admiración por los herejes que se habían atrevido a seguir la verdad hacen difícil clasificarlo bajo una sola categoría. El indudablemente influyó en Gaspar Schwenkfeld (1487-1541), que se cambió igualmente del luteranismo, aunque las doctrinas de Schwenkfeld permanecieron más cerca de la ortodoxia que las de Franck.
Jacobo Kautz y Juan Bunderlin deben ser clasificados entre estos místicos; tal vez hasta Enrique Niclaes (aprox. 1501-60), el fundador de "
Racionalistas Radicales. — Tanto católicos como protestantes en el período de la reforma aborrecían a los racionalistas radicales, cuyo razonamiento no sólo los había sacado de las iglesias ortodoxas sino también había desarrollado aberraciones doctrinales que los habían puesto "fuera de límites". De hecho, todo tipo de radicales (bíblicos, milenarios, místicos, y racionalistas) eran enemigos de los símbolos y credos ortodoxos. Los místicos en particular con frecuencia seguían herejías reconocibles en sus doctrinas acerca de la iglesia, de la salvación y de Cristo. Hombres como Franck, Hetzer, Denk, Kautz, y Bunderlin, se acercaban a los conceptos de los racionalistas, y en algunos casos iban más allá de ellos en su radicalismo, pero sus métodos y curso de acción eran diferentes. Un racionalista bien conocido era Juan Campano (aprox. 1495-1575). Influido por Erasmo y por la atmósfera de los radicales en el ducado de Julich, Campano se cambió de los conceptos católicos y luteranos y finalmente cayó en el antitrinitarianismo. Su influencia se generalizó en Julich, y muchos siguieron sus ideas antipaidobautistas. Fue encarcelado en el año 1555 y murió así, veinte años después.
El más conocido de los radicales racionalistas fue Miguel Servet (1509-53), un español brillante pero errático. En 1534 conoció a Juan Calvino en
Su influencia puede haber sobrevivido en la obra de Lelio Socino (1525-62) y Fausto Socino (1539-1604). El primero era un abogado italiano cuyo gran escepticismo de la ortodoxia contemporánea no fue completamente conocida hasta después de su muerte. En 1547 dejó Italia, sospechoso ya de herejía. Viajó ampliamente y fue un atento observador del juicio de Servet en Ginebra en
Debe mencionarse algo del fuerte movimiento anti-trinitario de Italia que fue apagado por la inquisición católica romana. Figuras tales como Renato y Tiziano caracterizan a estos radicales, que parecen haber tomado ideas evangélicas en general, pero sostenían una cristología adopcionista, con sus consecuentes débiles nociones del pecado y la expiación.
Otros Radicales. — El principal propósito en esta discusión ha sido proporcionar un bosquejo viable de los radicales y nombrar algunas figuras principales. Hay muchos otros radicales de este período que no han sido mencionados y algunos importantes dirigentes que difícilmente pueden clasificarse. Por ejemplo, Sebastián Castello (1515-63), Pedro Pablo Vergerio (m. 1565), y Bernardino Ochino (1487-1564) son típicos de los que se encontraron en desacuerdo en su tiempo. Algunos continuaron su peregrinación de búsqueda toda su vida.
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