Después de siglos de preparación empezó el movimiento que resultó en el quebrantamiento del sistema católico romano medieval y en la formación de algunas de las principales, ramas del movimiento cristiano que existen hoy día. La primera de esas reformas fue la de Martín Lutero.
Martín Lutero nació en Eisleben Sajonia, un pequeño estado alemán, el 10 de noviembre de 1483. No es de sorprender que el que había de romper y penetrar el duro carapacho de la tiranía eclesiástica medieval surgiera de esta área geográfica, porque el pueblo alemán estaba sufriendo mucho por la avaricia papal. Tampoco es de sorprender que surgiera de los campesinos. Esta clase de gente más que ninguna otra sufría lo más fuerte de la opresión y el mal trato tanto de las autoridades seculares como de las religiosas.
Los padres de Lutero eran como la mayoría de los otros campesinos: pobres y religiosos hasta el punto de la ignorancia. Lutero mismo nunca se apartó de algunas de sus ideas primitivas de brujas y duendes. Muy poco tiempo después del nacimiento de Lutero sus padres se mudaron a Mansfeld, una villa cercana, donde su padre se ocupó en la nueva industria minera. Aquí el muchacho asistió a la escuela elemental y después se preparó para la universidad matriculándose en Magdeburgo en la primavera de 1497 y en Eisenach el siguiente año. En 1501 ingresó a la universidad de Erfurt, donde recibió el título de bachiller en artes y el de maestro en 1505.
Hasta este punto la vida de Lutero no había variado gran cosa de la de cualquier otro joven que se prepara para una carrera profesional en el campo del derecho. No siguió en esta dirección como resultado de una tremenda crisis religiosa. Las tensiones religiosas producidas premeditadamente por el sistema católico medieval, obraron en Lutero, como en cualquier otro hombre típico de su día, una constante inquietud.
Dios era imaginado como completamente inaccesible; Cristo era descrito como un juez temible. Solo los beneficios vendidos por
No puede determinarse por cuánto tiempo había estado Lutero reflexionando sobre estas cosas. Para al tiempo que él recibió su segundo título en Erfurt, tenia el abrumador sentimiento de que debía ponerse bien con Dios. Había experimentado varios incidentes atemorizadores que lo habían hecho pensar en las cosas eternas. El clímax vino el 2 de julio de 1505. Mientras Lutero estaba caminando cerca de Stotternheim, se aterrorizó cuando un rayo cayó cerca de el, y juro que si era librado de la muerte se convertiría en monje. Este fue el primer paso de Lutero en un esfuerzo por encontrar la paz con Dios. Contra los deseos de su padre él cumplió su palabra, y quince días después ingreso al monasterio agustino de Erfurt.
Para su desaliento, Lutero no encontró paz duradera en esta entrega. Cuando intentó realizar su primera misa en mayo de 1507, su temor de Dios casi lo postró. Siguiendo los preceptos de la iglesia medieval, buscó alivio mediante las buenas obras. Su reputación por su abnegación se extendió por la región, pero ni así encontró paz. Obedientemente abría cada puerta prescrita por
Lutero no relata exactamente cuándo se aligeró su carga, pero sí indica cómo sucedió. El agente humano fue Juan Von Staupitz, el vicario de los monasterios agustinos, quien aconsejaba a Lutero y le señaló el estudio del Nuevo Testamento. Igualmente importante fue el estudio teológico que encontró en una nueva ocupación que le asignó Staupitz: la de enseñar en
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