Una área importante de naciente resentimiento contra el papado eran sus demandas financieras. La gran expansión de la organización central demandaba ingresos inmensos. Un ejemplo puede mostrar el cuadro. Cuando Roma estableció la Rota Romana en 1234, para constituir la suprema corté 'eclesiástica' del cristianismo, se necesitó suficiente personal para manejar las apelaciones de todas partes del mundo. Fueron necesarias cortes secundarias para apelaciones especiales. Se requirió un ejército de escribientes para mantener los registros. Lo peor de todo es que cada paso de los procedimientos legales era caracterizado por escandalosos abusos. Los registros oficiales muestran que en algunos casos sencillamente conseguir el sumario costaba aproximadamente cuarenta veces la cantidad legítima. Además, los litigantes de todas partes del mundo eran animados a apelar directamente a Roma, y era bien entendido que el mejor postor ganaba el caso.
Las ganancias económicas obtenidas de esta manera no eran suficientes para enfrentar los grandes desembolsos del papado, legítimos y de otra clase. Especialmente durante el siglo XIV el papado usó todo medio posible para aumentar sus ingresos. Algunos de esos medios eran las anatas, colaciones, reservaciones, esperanzas, dispensas, indulgencias, simonía, recomendaciones, el jus spoliorum, el diezmo, e impuestos especiales.
Las anatas se referían a un donativo hecho por un obispo o abad recién nombrado, de los ingresos de su primer año en el oficio al que había sido nombrado. Las colaciones se referían a la práctica de cambiar a varios obispos o abades para conseguir anatas de cada uno. Por ejemplo,'si el arzobispo de Colonia iba a morir, el papa no nombraba simplemente a una persona, sino cambiaba, digamos, al arzobispo de Mainz al lugar vacante, después nombraba al obispo de Trier para el oficio de Mainz, a otro para obispo de Treir, y así sucesivamente. Por supuesto, se hacía lo posible por dar a cada hombre una situación mejor, que era posible cuando un fuerte prelado moría. Antes de agotar las posibilidades el papa podía conseguir que le pagaran una docena de anatas por una vacante.
Las reservaciones se referían a la práctica de reservar los oficios mejores y más ricos para el uso papal. Por supuesto, el papa mismo servía en el obispado o arzobispado, sino enviaba a un sacerdote para ministrar a las necesidades de la gente, aunque los beneficios eran enviados a Roma. Las esperanzas significaban la práctica por las autoridades papales de vender al mejor postor el derecho de nombramiento para un beneficio inusitadamente deseable antes que la persona que tenía el oficio lo dejara vacante. Llegó a ser la práctica de los hombres ambiciosos de mantenerse vigilantes de la salud de los ocupantes dé los diversos oficios deseables, y cuando había algún indicio de que alguno no continuaría mucho tiempo, empezaban las ofertas. Ocasionalmente se experimentaba alguna turbación cuando se encontraba que varios hombres habían pagado enormes sumas anticipadas para conseguir el mismo oficio. En realidad, entonces, las esperanzas se convertían casi en una oferta por el derecho de ofrecer otra vez cuando el ocupante del oficio deseado muriera de veras.
Las dispensas tienen referencias a la práctica papal de excusar las violaciones eclesiásticas por el pago de la cantidad de dinero adecuada. En uno de sus arranques contra la Curia Romana, Lutero escribió que era un lugar donde los votos podían ser anulados, los monjes podían conseguir permiso para dejar sus órdenes, los sacerdotes podían comprar una dispensa para casarse, lo ilegítimo podía legitimarse, ydonde la maldad y la ignominia eran condecoradas y ennoblecidas, su última oración, en su típico lenguaje impetuoso, declara que en la Curia Romana hay "una compra-venta, cambio, fanfarria y regateo, fraude y mentira, robo y pillaje, corrupción e infamia y toda clase de menosprecio a Dios, que el Anticristo no podría reinar más". Aun tomando en cuenta el usual entusiasmo de Lutero, es evidente que elconsiderable ingreso se conseguía concediendo dispensas por quebrantar las restricciones canónicas.
Las indulgencias ya se han descrito antes. Eran el perdón por los pecados temporales. Los individuos podían comprarlos en vez de hacer una peregrinación o de mostrar alguna otra evidencia de contrición. El beneficio por esta sola fuente era considerable por el temor tan extendido de pasar un tiempo en el purgatorio.
La simonía se refiere a la venta de oficios dé la iglesia. Toma su nombre de Simón el mago (ver Hechos 8:9 y sigs), que trató de comprar el poder del Espíritu Santo con dinero. Íntimamente asociada con la simonía estaba la práctica del nepotismo. Esta palabra se refiere a poner a los parientes en oficios lucrativos de la iglesia.
Las recomendaciones tienen referencia a la práctica de pagar un impuesto anual al papado, en correspondencia por un nombramiento provisional, año por año, por un beneficio deseable. El jus spoliorum era el nombre aplicado a la práctica papal de demandar que cualquier propiedad conseguida por un obispo u otro oficial durante la tenencia del oficio, debía, a la muerte de la persona, convertirse en propiedad de la iglesia, puesto que se juzgaba que tal propiedad le había venido al difunto como consecuencia de tener el oficio.
El diezmo se aplica a un embargo contra la propiedad de la iglesia, el valor de la cual formaba la base para la cantidad demandada. Se fijaban impuestos especiales con cualquier pretexto. Las Cruzadas abrieron el camino para un impuesto anual. Las bendiciones especiales, los pecados extraordinarios, o cualquier otra situación, podría atraer tales impuestos.
Además de estos diversos métodos de conseguir dinero, se solicitaban donativos de todas clases. Los donativos por dar el visto bueno a las reliquias, por el permiso para ver las habitaciones papales, por los jubileos, para caridades, etcétera, aumentaban los ingresos de la i Iglesia Romana casi más allá de todo cálculo.
Hubo otros factores que produjeron resentimiento. El sistema romano estaba cuidadosamente razonado y hacía una clara apelación la las mentes filosóficas, pero no estaba haciendo frente a las necesidades del corazón de las gentes. La disensión se estaba extendiendo. Había insatisfacción en el sistema monástico y también entre el clero. Algunos eran abiertamente escépticos. La observancia forzosa del celibato en el clero trajo inmoralidad y concubinato. La enseñanza doctrinal de que el carácter de un sacerdote o un obispo era de importancia secundaria y no afectaba su capacidad para perdonar pecados y administrar sacramentos válidos, hizo estragos en la moral de muchos.
Fue el aspecto político, sin embargo, el que causó el fin de la dominación universal del papado. Como en ocasiones previas, se hizo evidente que el prestigio y la autoridad papales no podían divorciarse del poder secular.
Las ganancias económicas obtenidas de esta manera no eran suficientes para enfrentar los grandes desembolsos del papado, legítimos y de otra clase. Especialmente durante el siglo XIV el papado usó todo medio posible para aumentar sus ingresos. Algunos de esos medios eran las anatas, colaciones, reservaciones, esperanzas, dispensas, indulgencias, simonía, recomendaciones, el jus spoliorum, el diezmo, e impuestos especiales.
Las anatas se referían a un donativo hecho por un obispo o abad recién nombrado, de los ingresos de su primer año en el oficio al que había sido nombrado. Las colaciones se referían a la práctica de cambiar a varios obispos o abades para conseguir anatas de cada uno. Por ejemplo,'si el arzobispo de Colonia iba a morir, el papa no nombraba simplemente a una persona, sino cambiaba, digamos, al arzobispo de Mainz al lugar vacante, después nombraba al obispo de Trier para el oficio de Mainz, a otro para obispo de Treir, y así sucesivamente. Por supuesto, se hacía lo posible por dar a cada hombre una situación mejor, que era posible cuando un fuerte prelado moría. Antes de agotar las posibilidades el papa podía conseguir que le pagaran una docena de anatas por una vacante.
Las reservaciones se referían a la práctica de reservar los oficios mejores y más ricos para el uso papal. Por supuesto, el papa mismo servía en el obispado o arzobispado, sino enviaba a un sacerdote para ministrar a las necesidades de la gente, aunque los beneficios eran enviados a Roma. Las esperanzas significaban la práctica por las autoridades papales de vender al mejor postor el derecho de nombramiento para un beneficio inusitadamente deseable antes que la persona que tenía el oficio lo dejara vacante. Llegó a ser la práctica de los hombres ambiciosos de mantenerse vigilantes de la salud de los ocupantes dé los diversos oficios deseables, y cuando había algún indicio de que alguno no continuaría mucho tiempo, empezaban las ofertas. Ocasionalmente se experimentaba alguna turbación cuando se encontraba que varios hombres habían pagado enormes sumas anticipadas para conseguir el mismo oficio. En realidad, entonces, las esperanzas se convertían casi en una oferta por el derecho de ofrecer otra vez cuando el ocupante del oficio deseado muriera de veras.
Las dispensas tienen referencias a la práctica papal de excusar las violaciones eclesiásticas por el pago de la cantidad de dinero adecuada. En uno de sus arranques contra la Curia Romana, Lutero escribió que era un lugar donde los votos podían ser anulados, los monjes podían conseguir permiso para dejar sus órdenes, los sacerdotes podían comprar una dispensa para casarse, lo ilegítimo podía legitimarse, ydonde la maldad y la ignominia eran condecoradas y ennoblecidas, su última oración, en su típico lenguaje impetuoso, declara que en la Curia Romana hay "una compra-venta, cambio, fanfarria y regateo, fraude y mentira, robo y pillaje, corrupción e infamia y toda clase de menosprecio a Dios, que el Anticristo no podría reinar más". Aun tomando en cuenta el usual entusiasmo de Lutero, es evidente que elconsiderable ingreso se conseguía concediendo dispensas por quebrantar las restricciones canónicas.
Las indulgencias ya se han descrito antes. Eran el perdón por los pecados temporales. Los individuos podían comprarlos en vez de hacer una peregrinación o de mostrar alguna otra evidencia de contrición. El beneficio por esta sola fuente era considerable por el temor tan extendido de pasar un tiempo en el purgatorio.
La simonía se refiere a la venta de oficios dé la iglesia. Toma su nombre de Simón el mago (ver Hechos 8:9 y sigs), que trató de comprar el poder del Espíritu Santo con dinero. Íntimamente asociada con la simonía estaba la práctica del nepotismo. Esta palabra se refiere a poner a los parientes en oficios lucrativos de la iglesia.
Las recomendaciones tienen referencia a la práctica de pagar un impuesto anual al papado, en correspondencia por un nombramiento provisional, año por año, por un beneficio deseable. El jus spoliorum era el nombre aplicado a la práctica papal de demandar que cualquier propiedad conseguida por un obispo u otro oficial durante la tenencia del oficio, debía, a la muerte de la persona, convertirse en propiedad de la iglesia, puesto que se juzgaba que tal propiedad le había venido al difunto como consecuencia de tener el oficio.
El diezmo se aplica a un embargo contra la propiedad de la iglesia, el valor de la cual formaba la base para la cantidad demandada. Se fijaban impuestos especiales con cualquier pretexto. Las Cruzadas abrieron el camino para un impuesto anual. Las bendiciones especiales, los pecados extraordinarios, o cualquier otra situación, podría atraer tales impuestos.
Además de estos diversos métodos de conseguir dinero, se solicitaban donativos de todas clases. Los donativos por dar el visto bueno a las reliquias, por el permiso para ver las habitaciones papales, por los jubileos, para caridades, etcétera, aumentaban los ingresos de la i Iglesia Romana casi más allá de todo cálculo.
Hubo otros factores que produjeron resentimiento. El sistema romano estaba cuidadosamente razonado y hacía una clara apelación la las mentes filosóficas, pero no estaba haciendo frente a las necesidades del corazón de las gentes. La disensión se estaba extendiendo. Había insatisfacción en el sistema monástico y también entre el clero. Algunos eran abiertamente escépticos. La observancia forzosa del celibato en el clero trajo inmoralidad y concubinato. La enseñanza doctrinal de que el carácter de un sacerdote o un obispo era de importancia secundaria y no afectaba su capacidad para perdonar pecados y administrar sacramentos válidos, hizo estragos en la moral de muchos.
Fue el aspecto político, sin embargo, el que causó el fin de la dominación universal del papado. Como en ocasiones previas, se hizo evidente que el prestigio y la autoridad papales no podían divorciarse del poder secular.
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