El sencillo gobierno de la iglesia local de los días del Nuevo Testamento se había acabado. En su lugar estaba la jerarquía romana. El obispo encabezaba una vasta red de trabajo de organización eclesiástica que manipulaba los vehículos sacramentales que comúnmente se suponía que traían salvación. Tan extendida función demandaba
Una fuerte organización central. En el siglo IV, Roma había sido dividida por el obispo en veinticinco partes, cada una encabezada por un Presbítero u obispo. Cada una de las veinticinco divisiones era llamada Parroquia o titulas. Además, para sufragar los gastos para la administración de caridad, se nombraron siete diáconos para la ciudad de Roma, cada uno con una sección geográfica específica bajo su responsabilidad. Este número escriturario de diáconos fue más tarde aumentado con siete subdiáconos.
En el siglo XI estos veinticinco sacerdotes, los siete diáconos, y varios obispos del área alrededor de Roma, formaron la base de lo que es conocido, como el Colegio de Cardenales. El nombre "cardenal" se desarrolló de una palabra latina que significa gozne, y aunque el juego de palabras no tiene nada que ver con la aplicación original de la palabra, es cierto que el sistema romano gira sobre los cardenales. Desde el tiempo de Gregorio VII (1073-85), los cardenales han estado encargado "de las tareas de organización más importantes de la Iglesia Romana. En la actualidad su deber es elegir y aconsejar a los papas y determinar la política administrativa mediante las funciones de comités. Por causa del desarrollo histórico narrado antes, hay tres tipos de cardenales: los obispos cardenales, los sacerdotes cardenales, y los diáconos cardenales. Los nombres originales de estos tres tipos no tienen ahora significado, porque los sacerdotes cardenales son usualmente fuertes obispos de varias partes del mundo mientras que los diáconos cardenales son usualmente sacerdotes. El número total de cardenales ha variado de cerca de trece hasta setenta y seis. En la actualidad el máximo es de setenta: catorce diáconos cardenales (los siete originales más los siete subdiáconos que fueron aumentados), cincuenta sacerdotes cardenales (el doble del número original), y seis obispos cardenales que todavía son los obispos de las diócesis de los alrededores inmediatos a Roma.1 Los cardenales son nombrados por el papa, y él podría deponerlos, aunque eso sería muy inusitado.
El comité de trabajo de los cardenales se desarrolló rápidamente después del siglo XIII Probablemente los comités más importantes, Congregaciones (en su terminología), son el Consistorio Sagrado, un gabinete bastante amplio que se reúne para considerar asuntos de política y los de mayor importancia; la Congregación de la Inquisición, que busca la herejía y trata con ella; la Congregación de los Ritos que trata con la liturgia y las ceremonias, y la de Propagación de la Fe,, la organización misionera. Además, los cardenales también constituyen los principales miembros de los tribunales eclesiásticos. Las apelaciones eclesiásticas son manejadas por siete tribunales, cada uno con jurisdicción sobre ciertas clases de litigación. La suprema corte de apelación es la Rota Romana, que consiste de doce miembros.
Todos estos comités y tribunales, el núcleo de la organización católica romana, son llamados la curia romana.
Una fuerte organización central. En el siglo IV, Roma había sido dividida por el obispo en veinticinco partes, cada una encabezada por un Presbítero u obispo. Cada una de las veinticinco divisiones era llamada Parroquia o titulas. Además, para sufragar los gastos para la administración de caridad, se nombraron siete diáconos para la ciudad de Roma, cada uno con una sección geográfica específica bajo su responsabilidad. Este número escriturario de diáconos fue más tarde aumentado con siete subdiáconos.
En el siglo XI estos veinticinco sacerdotes, los siete diáconos, y varios obispos del área alrededor de Roma, formaron la base de lo que es conocido, como el Colegio de Cardenales. El nombre "cardenal" se desarrolló de una palabra latina que significa gozne, y aunque el juego de palabras no tiene nada que ver con la aplicación original de la palabra, es cierto que el sistema romano gira sobre los cardenales. Desde el tiempo de Gregorio VII (1073-85), los cardenales han estado encargado "de las tareas de organización más importantes de la Iglesia Romana. En la actualidad su deber es elegir y aconsejar a los papas y determinar la política administrativa mediante las funciones de comités. Por causa del desarrollo histórico narrado antes, hay tres tipos de cardenales: los obispos cardenales, los sacerdotes cardenales, y los diáconos cardenales. Los nombres originales de estos tres tipos no tienen ahora significado, porque los sacerdotes cardenales son usualmente fuertes obispos de varias partes del mundo mientras que los diáconos cardenales son usualmente sacerdotes. El número total de cardenales ha variado de cerca de trece hasta setenta y seis. En la actualidad el máximo es de setenta: catorce diáconos cardenales (los siete originales más los siete subdiáconos que fueron aumentados), cincuenta sacerdotes cardenales (el doble del número original), y seis obispos cardenales que todavía son los obispos de las diócesis de los alrededores inmediatos a Roma.1 Los cardenales son nombrados por el papa, y él podría deponerlos, aunque eso sería muy inusitado.
El comité de trabajo de los cardenales se desarrolló rápidamente después del siglo XIII Probablemente los comités más importantes, Congregaciones (en su terminología), son el Consistorio Sagrado, un gabinete bastante amplio que se reúne para considerar asuntos de política y los de mayor importancia; la Congregación de la Inquisición, que busca la herejía y trata con ella; la Congregación de los Ritos que trata con la liturgia y las ceremonias, y la de Propagación de la Fe,, la organización misionera. Además, los cardenales también constituyen los principales miembros de los tribunales eclesiásticos. Las apelaciones eclesiásticas son manejadas por siete tribunales, cada uno con jurisdicción sobre ciertas clases de litigación. La suprema corte de apelación es la Rota Romana, que consiste de doce miembros.
Todos estos comités y tribunales, el núcleo de la organización católica romana, son llamados la curia romana.
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