El principio de una alianza entre el cristianismo y el Imperio Romano bajo Constantino, influyó profundamente en la historia y el desarrollo, tanto de la religión como del estado. El cristianismo fue decretado oficialmente la religión del estado romano bajo el emperador Teodosio (378-95). Una Nueva Área de Controversia. — Antes de Nicea el cristianismo había tenido ocasión de reflexionar en lo que deberían ser sus relaciones con el estado.
Al antagonismo original del imperio contra una religión "ilegal" habían seguido siglos de persecución secular El esfuerzo por ajustar las relaciones entre el cristianismo y el poder secular, forman una gran parte de la historia del cristianismo en los siglos que seguirían. Algunos sentían que el estado debería gobernar la iglesia. La historia romana recomendaba este criterio, porque la religión había sido un departamento del gobierno mucho antes de que el cristianismo hubiera sido establecido. Constantino asumió esta actitud, y también sus hijos. El emperador era el "obispo de obispos". Tal relación llegó a ser conocida como papado—cesáreo —la dominación de la iglesia por el estado. Otros sentían que la iglesia debía estar sobre el estado. Este llegó a ser el ideal del creciente sistema católico romano. Otros más veían a cada institución con una mayordomía peculiar proveniente de Díos, y creían que las dos debían trabajar lado a lado sin interferencia indebida. Debe decirse que este problema nunca ha sido arreglado a satisfacción de todos. Una nueva dirección se inició, con un gran significado en la historia y desarrollo del cristianismo, desde Nicea hasta el presente.
El Aumento de la Influencia Secular. — Es difícil concebir cómo se ejerció tanta influencia sobre el cristianismo mediante la alianza entre la iglesia y el estado bajo Constantino. En el campo de la organización, por ejemplo, el cristianismo hizo uso del patrón imperial. En términos geográficos, el cristianismo fue organizado con base en divisiones políticas como ciudad, municipio, estado, región, nación, etcétera. Después del desarrollo del oficio del papa el siguiente siglo, la organización imperial y la del cristianismo eran notablemente similares.
Los mismos motivos de Constantino al adoptar el cristianismo indican la dirección que iba a seguirse. El quería usar el cristianismo como un factor social y político al fortalecer el estado. Esto significaba el uso del poder secular, como se ha visto, al establecer uniformidad. La disensión debía ser extirpada. Ello significaba la liquidación imperial de disputas eclesiásticas y doctrinales. Los oficiales administrativos del estado pronto se encontraron aconsejando cómo aumentar la eficiencia en la administración cristiana. Los oficiales cristianos bajo Constantino empezaron a usar en la vida de la iglesia métodos e ideas que habían aprendido en el servicio del gobierno.
Nicea también trajo el problema de la autoridad secular al llenar los importantes oficios eclesiásticos. El movimiento cristiano era muy importante, políticamente, para permitir que radicales de cualquier clase tuvieran altos puestos. Ahora los obispos, debían complacer tanto al estado como a Dios. En esta esfera se ejerció influencia secular ampliamente.
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