El primer campo misionero del período moderno fue el de India, que ahora tiene más de 400,000.000 de personas viviendo en una área de poco más de un millón y medio de millas cuadradas. La primera obra misionera fue hecha por misioneros luteranos pietistas enviados por Dinamarca en 1705 a Tranquebar, en la costa occidental de la India. La Sociedad para la Promoción del Conocimiento Cristiano, organizada en 1699 en Inglaterra, también contribuyó a esta obra en el siglo XVIII, como lo hicieron también los misioneros moravos.
Fue la India a donde Guillermo Carey fue en 1793 para establecer el movimiento misionero moderno. Desde ese tiempo todas las denominaciones principales han trabajado en India. A pesar de notables adelantos y de trabajos sacrifícales, el total de cristianos nominales en la India no excede a seis y medio millones, de los cuales menos de la mitad son protestantes. El movimiento nacionalista del siglo XX que puso a Mahatma Gandhi en primer plano, por extraño que parezca ha ayudado realmente a las actividades misioneras cristianas, porque Gandhi hizo uso práctico de algunos de los principios Se Jesús. Hay más musulmanes en la India que en cualquier otra parte: casi cien millones de ellos. Cerca de la mitad de la población profesa el hinduismo.
China, con una población un poco mayor que la de la India, se volvió campo misionero protestante en 1807, cuando Roberto Morrison entró a Cantón. Los católicos romanos habían trabajado en China desde los días de Francisco Javier en el siglo XVI. La Guerra del Opio de 1841 abrió cinco importantes puertos al comercio extranjero, y en esas ciudades se vaciaron los misioneros cristianos. Sin embargo, le costó a Inglaterra dos guerras más a mediados del siglo XIX para convencer a los chinos de lo que les convenía más. En 1866, sin embargo, J. Hudson Taylor y su Misión del Interior de China, operando mediante ofrendas voluntarias sobre el principio de la fe, avanzaron al interior de China.
Las guerras internas desorganizaron grandemente la actividad misionera entre 1900 y 1927. Empezó la guerra no declarada con el Japón. La Segunda Guerra Mundial y el régimen comunista de China prácticamente han cortado toda la obra misionera de la China continental. Antes de la guerra había alrededor de 750,000 adherentes protestantes y más de dos millones de católicos romanos. Ceylán, la isla de la costa sudeste de India, es fuertemente budista. Dos terceras partes de la población, que asciende tal vez a diez millones, sigue esta religión. Los misioneros católicos romanos empezaron la obra en el siglo XVI, mientras que los protestantes de Inglaterra los siguieron dos siglos después. Antes de la Segunda Guerra Mundial los católicos romanos ascendían a alrededor de cuatrocientos mil y los protestantes a alrededor de cincuenta mil.
Birmania fue penetrada por misioneros cristianos de la misión bautista de Guillermo Carey en Serampore, en 1807, pero la primera obra permanente se atribuye a Adoniram Judson, misionero bautista americano, que llegó en 1813. Otras denominaciones, principalmente los anglicanos y metodistas, también han abierto misiones aquí. Se estima que hay cerca de 175,000 cristianos en Birmania.
Los misioneros cristianos también están trabajando en Tailandia; en Indochina, donde los católicos romanos franceses agotaron por anticipado el campo y reclaman un millón y medio de adherentes; en Malaya, donde la mitad de la población de más de seis millones es musulmán; en Indonesia, donde más de dos millones de adherentes en una población de más de 65,000,000 dicen ser cristianos, principalmente protestantes, aunque el movimiento musulmán ofrece fuerte oposición; en Borneo; y en las Islas Filipinas, donde los misioneros americanos decían tener una adhesión de cerca de 330,000 antes de la Segunda Guerra Mundial.
Los misioneros católicos romanos fueron los primeros en entrar al Japón a mediados del siglo XVI. Por cincuenta años ellos trabajaron con musitado éxito, pero la severa persecución gubernamental los interrumpió. Aunque el Comodoro Perry abrió el Japón al mundo exterior en 1853, la actividad misionera se retrasó hasta 1873, después de lo cual decenas de cuerpos denominacionales empezaron la obra en el Japón. El naciente espíritu nacionalista del Japón después de 1900, creó problemas a los misioneros cristianos, como lo hizo la industrialización de la nación, que proveyó las circunstancias de Toyohiko Kagawa. Antes de la Segunda Guerra Mundial había menos de cuatrocientos mil cristianos en Japón, en una población de ochenta y cinco millones. Después de la guerra parecía que muchas oportunidades para los cristianos estaban llamando desde la isla, pero muchas de estas puertas se están cerrando ahora.
Los holandeses empezaron la obra misionera en Formosa en la primera mitad del siglo XVII, pero con el derrocamiento del gobierno holandés la obra se detuvo. Los misioneros católicos romanos empezaron su obra dos siglos después, como lo hicieron los protestantes. El número de misioneros ha aumentado desde el cierre de China y la militarización de esta isla.
El cristianismo coreano, después de un período de inusitadamente rápido crecimiento antes de 1910, sintió el agostador efecto de la dominación japonesa. Antes de la Segunda Guerra Mundial se informó que los comunicantes protestantes ascendían a poco menos de 150,000.
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