Internamente la actividad de
León XIII (1878-1903) sucedió a Pío IX y fue uno de los papas más capaces de este período. Aunque algunas veces él es calificado "papa moderno" porque desplegó interés en estudios clásicos y científicos y permitió que los clérigos liberales dirigieran reformar sociales un estudio cuidadoso de su vida y su obra muestra que él continuó dogmatismo medieval de sus predecesores. En 1897 él puso en marcha una encíclica que censuraba todos los libros condenados antes 1600, aunque pudieran no haber sido incluidos en listas posteriores libros prohibidos. León permitió solamente estudios bíblicos y cien tíficos que no impugnaran el dogma de
Pío X (1903-14) fue elegido probablemente como reacción León. Tenía poco aprecio por la erudición y la educación elevada. Mi cha de la obra de León fue virtualmente destruida por la hostilidad personal y cultural de Pío X. En 1907 él publicó un nuevo compendio que condenaba el modernismo. Su encíclica del mismo año atacaba vigorosamente el modernismo dentro de
Este ha sido un período de continuos ataques del papado contra el protestantismo. León XIII se excedió al aprobar la inquisición española de la edad media, al calificar las llamas como "benditas". El alabó al infame Torquemada, el perverso director de la inquisición española, por su "muy prudente celo e invencible virtud". En 1896 León denunció la ordenación y sucesión anglicanas, condenando tanto la forma como la intención. El inició el punto de vista típicamente romano relativo a la tolerancia religiosa, que afirma que cuando los protestantes tienen el control de una nación, los católicos deben ser tolerados de acuerdo con la política general protestante de tolerancia religiosa; por otra parte, cuando los católicos tienen el control, debe seguirse la política católica de no tolerancia. Pío X desaprobó vigorosamente toda lectura y estudio de
El papa León XIII tuvo mucho éxito al establecer relaciones amistosas con algunos de los estados. Mediante diplomacia táctica y laboriosos esfuerzos de los jesuitas, el papado hizo amigos de Bélgica, España, Francia, Inglaterra, Rusia, y los Estados Unidos. Sus sucesores no fueron tan afortunados. Bajo Pío X y Benedicto XV Roma recibió severos golpes. En 1905 Francia promulgó leyes que separaban la iglesia y el estado. La propiedad eclesiástica fue confiscada, y finalmente se retiró la ayuda financiera a la religión. Además, las revoluciones en Portugal y México redujeron el prestigio del papa. El golpe fue particularmente radical en la republica de México. Su nueva constitución de 1917 separo la iglesia y el estado y confisco las propiedades eclesiásticas. Todos los oficiales y sacerdotes católicos romanos fueron exiliados.
Se había esperado que el concordato de 1929 entre Pio XI y el gobierno italiano trajera relaciones pacificas entre los partidos. Debe recordarse que en 1870 los patriotas italianos capturaron Roma, el último de los territorios papales fuera de los pocos acres que constituyen el Vaticano. Desde entonces los papas se negaron a dejar esta área, llamándose prisioneros. En 1929 Mussolini convino en pagar al papado una indemnización de 87, 500,000 dólares, añadir unos cuantos acres a los terrenos del Vaticano, y reconocer la ciudad del Vaticano como estado libre. Sin embargo, la controversia más amarga se continúo después porque cada parte no estaba dispuesta a cumplir el acuerdo. En 1946 la monarquía fue derrocada y se adoptó un gobierno republicano. Teóricamente
En 1931 en España también fue reemplazada la monarquía por una república, y la constitución estipuló la separación de la iglesia y el estado, dando esperanzas de que se practicaría la igualdad religiosa para todos los grupos.
En Francia
Entre las dos guerras,
El Luteranismo. —El luteranismo de Europa ha padecido severas pruebas este período. La reforma de Lutero fue plantada en un ambiente de granjeros y campesinos y había esperado que el benevolente príncipe de un estado comparativamente pequeño mantuviera pureza y bienestar de
La aparición de los Nazis en 1933 produjo problemas adicionales. Los esfuerzos de Hitler por gobernar tanto a las iglesias luteranas como a las reformadas en beneficio del estado produjeron el cisma y el conflicto. Se hicieron intentos de paganizar el cristianismo para exaltar factores raciales y nacionales. El mismo Hitler estaba deseoso de ver una iglesia nacional organizada por un grupo llamado Movimiento de Fe de Cristianos Alemanes, pero la oposición de hombres como Martín Niemóller, pastor de Berlín, ofreció firme resistencia. Se organizo un sínodo confesional opuesto a este Movimiento de Fe, que incluía a luteranos y a calvinistas.
El Calvinismo. — Los turbulentos años de las dos guerras y una casi continua contienda ideológica en Europa contribuyeron a la amarga lucha modernista-confesional dentro del calvinismo europeo y minaron la vitalidad de las iglesias reformadas del Continente. Es cierto que el calvinismo estaba mejor preparado por su perspectiva general para hacer frente a las revoluciones industrial y mecánica del nuevo día que el luteranismo. La separación de
De Suiza, sin embargo, al fin de
la generación anterior y ha sido grandemente influyente en la teología contemporánea
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