Otro factor que contribuyó grandemente al rápido surgimiento del papado es conocido como las Cruzadas. Este movimiento empezó como un esfuerzo por recuperar Jerusalén de manos de los infieles. La Iglesia Romana por siglos había puesto gran énfasis en las peregrinaciones como medios de conseguir perdón de los pecados cometidos después del bautismo. Una peregrinación a Jerusalén era considerada la gran satisfacción por el pecado. En el siglo VII los mahometanos capturaron la Tierra Santa, pero permitían a los peregrinos visitar Jerusalén con propósitos religiosos. En el siglo II la tierra fue invadida por los turcos Seljuk, un nuevo poder sarraceno de Asia Menor. Estos turcos eran completamente hostiles a las peregrinaciones de cristianos. Por siglos la Europa occidental se había recreado con la idea de un vasto ataque sobre los mahometanos para rescatar la Tierra Santa. Grandes ímpetus vinieron con la conversión de los normandos en 911, un pueblo guerrero al que nada le gustaba más que la lucha feroz. Ellos habían conquistado algunas regiones de Francia, Inglaterra y del sur de Italia. Habían sido particularmente eficientes en sacar a los mahometanos de Sicilia, Cerdeña y Córcega. Por ser un pueblo de navegantes, los normandos estaban especialmente equipados para atacar la Tierra Santa; podían navegar en el Mediterráneo casi hasta a un tiro de piedra de Jerusalén. Aun más: la conversión de Hungría había provisto un punto de partida hasta la mera orilla del imperio turco y había acortado la distancia por territorio hostil en miles de kilómetros.
Los papas habían insinuado la idea mucho antes de que se llevara a cabo. El papa Silvestre II (999-1003) había hablado de tal gran cruzada contra los turcos; Gregorio VII (1073-85) había planeado activamente el ataque, pero por su lucha con el emperador Enrique IV no pudo conseguir el apoyo secular necesario para tal empresa. En 1095 el emperador griego Alejo le pidió a Occidente que ya no demorara más tal cruzada. Los turcos estaban amenazando con tomar Constantinopla. En ese año el papa Urbano II (1088-99) convocó a los poderes seculares a dedicarse a esta divina cruzada, prometiendo el perdón de los pecados a los que murieran en el esfuerzo. Europa estaba llena de la pasión del sacrificio por la cruz (la palabra "Cruzadas" viene de la palabra “cruz”).
En 1096 empezó la primera cruzada. Cerca de medio millón de soldados se movieron hacia Jerusalén. Conforme este enorme e indisciplinado ejército se movía hacia Oriente, vivía en el campo, devastando completamente las áreas por las que pasaba, como si fuera un ejército hostil. Cerca de cuarenta mil llegaron finalmente a Jerusalén y la capturaron. Hubo, cerca de otras ocho cruzadas, incluyendo una cruzada de niños en 1212; .una cosa trágica y perjudicial en todos sentidos.
Los resultados de las Cruzadas fueron múltiples. En un sentido obraron hacia el inmediato fortalecimiento del papado. Le dieron al papado un prestigio inmediato que le permitió dar órdenes a los príncipes de todas partes y asumir tal caudillaje internacional. El papado se benefició enormemente desde un punto de vista financiero. La gente prodigaba regalos sobre la Iglesia Romana y hacía arreglos para dar sus posesiones a la iglesia en el caso de que no regresaran. El papado usó las Cruzadas como una excusa para exigir un nuevo impuesto eclesiástico, que continuó pidiendo mucho tiempo después que el movimiento cruzado había terminado.
Los métodos papales eran tanto apoyados como formados por las Cruzadas. Pronto se extendió la idea de que el papa podía convocar a todos los gobernadores seculares creyentes para que marcharan contra los herejes de todas partes, incluyendo las minorías religiosas disidentes de Europa y los príncipes seculares que rehusaran ser obedientes a las órdenes papales. Una nueva y poderosa arma de coerción se había formado.
Las Cruzadas estaban basadas en la idea que había hecho populares las reliquias y el fetichismo. La extrema reverencia y hasta el verdadero culto a los remanentes físicos, siguieron a la lucha por recapturar la más grande de todas las reliquias: Jerusalén. Durante el período de las Cruzadas casi toda clase de reliquias era traída de Jerusalén, según se dice. Cuando Jerusalén fue capturada de nuevo por los turcos, el mercado de valores de reliquias subió hasta las nubes; habiéndose cortado la fuente de las reliquias vino la inflación. El fraude y la falsedad eran la regla en el tráfico de estos artículos. El uso del rosario aumentó considerablemente en el sistema católico romano durante este período.
Por otra parte, a la distancia, la historia de la Iglesia Católica Romana fue dañada por las Cruzadas. Los papas debilitaron su prestigio al seguir haciendo presión para nuevas cruzadas después que la novedad había pasado de moda. La continuación del impuesto para cruzadas tampoco aumentó la popularidad papal.
Las Cruzadas abrieron los ojos de muchos a un nuevo mundo. Nueva literatura, nuevos intereses, y nuevas ideas se apiñaron sobre los que habían invadido el mundo oriental, y ellos regresaron trayendo esas cosas con ellos. Hasta algunos de los papas se prendaron de los remanentes y estilos de la literatura antigua, e hicieron hincapié más en la cultura que en el cristianismo. No estaba lejos el Renacimiento, cuando las mentes y corazones de la gente estaban animados e iluminados. Tal difusión de la iluminación no podía dejar de socavar una institución que estaba basada en la superstición y el temor.
Las Cruzadas introdujeron nuevas reformas económicas y sociales. El comercio y los negocios fueron fomentados, y nuevos artículos para manufacturar requirieron industria. La clase media se desarrolló: los que no eran ni campesinos ni príncipes. Los que regresaban de las guerras invadieron las ciudades y cambiaron las formas sociales y económicas.
En el aspecto político el papado no estaba permanentemente a la vanguardia. La caída del feudalismo trajo como resultado la aparición de las naciones, una amenaza potencial para el poder papal. Conforme los nobles morían en batalla, los monarcas de los diversos estados aumentaban en poder. Ni el caso opuesto de los estados alemanes obro para dar ventaja al papado. Los caballeros alemanes se negaron a ir a las Cruzadas. La tardía declinación del feudalismo en los estados alemanes puede haber sido una ayuda inmediata para el papado en su esfuerzo por dividir y conquistar; sin embargo esta situación trajo inquietud general entre los cristianos, y cuando vino la batalla, el papado tuvo que librar batallas individuales en términos de pequeñas áreas feudales, en vez de vencer sencillamente a la monarquía en un gran dominio.
Los papas habían insinuado la idea mucho antes de que se llevara a cabo. El papa Silvestre II (999-1003) había hablado de tal gran cruzada contra los turcos; Gregorio VII (1073-85) había planeado activamente el ataque, pero por su lucha con el emperador Enrique IV no pudo conseguir el apoyo secular necesario para tal empresa. En 1095 el emperador griego Alejo le pidió a Occidente que ya no demorara más tal cruzada. Los turcos estaban amenazando con tomar Constantinopla. En ese año el papa Urbano II (1088-99) convocó a los poderes seculares a dedicarse a esta divina cruzada, prometiendo el perdón de los pecados a los que murieran en el esfuerzo. Europa estaba llena de la pasión del sacrificio por la cruz (la palabra "Cruzadas" viene de la palabra “cruz”).
En 1096 empezó la primera cruzada. Cerca de medio millón de soldados se movieron hacia Jerusalén. Conforme este enorme e indisciplinado ejército se movía hacia Oriente, vivía en el campo, devastando completamente las áreas por las que pasaba, como si fuera un ejército hostil. Cerca de cuarenta mil llegaron finalmente a Jerusalén y la capturaron. Hubo, cerca de otras ocho cruzadas, incluyendo una cruzada de niños en 1212; .una cosa trágica y perjudicial en todos sentidos.
Los resultados de las Cruzadas fueron múltiples. En un sentido obraron hacia el inmediato fortalecimiento del papado. Le dieron al papado un prestigio inmediato que le permitió dar órdenes a los príncipes de todas partes y asumir tal caudillaje internacional. El papado se benefició enormemente desde un punto de vista financiero. La gente prodigaba regalos sobre la Iglesia Romana y hacía arreglos para dar sus posesiones a la iglesia en el caso de que no regresaran. El papado usó las Cruzadas como una excusa para exigir un nuevo impuesto eclesiástico, que continuó pidiendo mucho tiempo después que el movimiento cruzado había terminado.
Los métodos papales eran tanto apoyados como formados por las Cruzadas. Pronto se extendió la idea de que el papa podía convocar a todos los gobernadores seculares creyentes para que marcharan contra los herejes de todas partes, incluyendo las minorías religiosas disidentes de Europa y los príncipes seculares que rehusaran ser obedientes a las órdenes papales. Una nueva y poderosa arma de coerción se había formado.
Las Cruzadas estaban basadas en la idea que había hecho populares las reliquias y el fetichismo. La extrema reverencia y hasta el verdadero culto a los remanentes físicos, siguieron a la lucha por recapturar la más grande de todas las reliquias: Jerusalén. Durante el período de las Cruzadas casi toda clase de reliquias era traída de Jerusalén, según se dice. Cuando Jerusalén fue capturada de nuevo por los turcos, el mercado de valores de reliquias subió hasta las nubes; habiéndose cortado la fuente de las reliquias vino la inflación. El fraude y la falsedad eran la regla en el tráfico de estos artículos. El uso del rosario aumentó considerablemente en el sistema católico romano durante este período.
Por otra parte, a la distancia, la historia de la Iglesia Católica Romana fue dañada por las Cruzadas. Los papas debilitaron su prestigio al seguir haciendo presión para nuevas cruzadas después que la novedad había pasado de moda. La continuación del impuesto para cruzadas tampoco aumentó la popularidad papal.
Las Cruzadas abrieron los ojos de muchos a un nuevo mundo. Nueva literatura, nuevos intereses, y nuevas ideas se apiñaron sobre los que habían invadido el mundo oriental, y ellos regresaron trayendo esas cosas con ellos. Hasta algunos de los papas se prendaron de los remanentes y estilos de la literatura antigua, e hicieron hincapié más en la cultura que en el cristianismo. No estaba lejos el Renacimiento, cuando las mentes y corazones de la gente estaban animados e iluminados. Tal difusión de la iluminación no podía dejar de socavar una institución que estaba basada en la superstición y el temor.
Las Cruzadas introdujeron nuevas reformas económicas y sociales. El comercio y los negocios fueron fomentados, y nuevos artículos para manufacturar requirieron industria. La clase media se desarrolló: los que no eran ni campesinos ni príncipes. Los que regresaban de las guerras invadieron las ciudades y cambiaron las formas sociales y económicas.
En el aspecto político el papado no estaba permanentemente a la vanguardia. La caída del feudalismo trajo como resultado la aparición de las naciones, una amenaza potencial para el poder papal. Conforme los nobles morían en batalla, los monarcas de los diversos estados aumentaban en poder. Ni el caso opuesto de los estados alemanes obro para dar ventaja al papado. Los caballeros alemanes se negaron a ir a las Cruzadas. La tardía declinación del feudalismo en los estados alemanes puede haber sido una ayuda inmediata para el papado en su esfuerzo por dividir y conquistar; sin embargo esta situación trajo inquietud general entre los cristianos, y cuando vino la batalla, el papado tuvo que librar batallas individuales en términos de pequeñas áreas feudales, en vez de vencer sencillamente a la monarquía en un gran dominio.
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