El hijo de Pepino fue Carlos el Grande (Carlomagno). Su ayuda a la Iglesia Católica Romana ha sido descrita en el último capítulo. El dominó el mundo occidental eclesiásticamente, además de dominarlo como soberano. El clímax, no sólo para su gobierno sino para la Edad Media, vino en el año 800 cuando el papa León III (795-816) lo coronó como Santo Emperador Romano. Este acto, aparentemente por iniciativa del papa, causó ideas y la historia de un milenio. Entre otras cosas, era considerado como el re-establecimiento del antiguo Imperio Romano en Occidente, un oficio vacante desde que Constantino había cambiado la capital a Constantinopla en 330. El patriotismo racial y provincial inmediatamente aclamó el principio del día que restauraría la antigua gloría de Roma en Occidente. En segundo lugar, la restauración era considerada como procedente de un propósito divino. El título "Santo" llamaba la atención al hecho de que Dios había provisto ahora un poder secular que era la contraparte del poder espiritual en la Iglesia Romana. En tercer lugar, el prestigio papal fue elevado a nuevas alturas. Siguiendo el antecedente de la coronación de Pepino el Breve, la concesión del título imperial señalaba al papa como el dador de la bendición secular más grande de la tierra. Este prestigio se acrecentó cuando el emperador de Oriente, León V (813-20), reconoció más tarde la validez de la transacción. Finalmente, sin saberlo el papado había dado a luz a su más grande rival por el resto de la Edad Media. Es posible que el papa León tuviera en mente el ideal descrito en La Ciudad de Dios de Agustín, pero de ser así, los resultados deben haber sido muy decepcionantes. El gobernador terrenal gobernaba lo celestial; Carlomagno dominó la iglesia, nombrando obispos según su voluntad, y dictando la mayor parte de la política papal. Después de la muerte de Carlomagno, su débil hijo Luís gobernó hasta 840. Sus tres nietos dividieron el imperio en 843. Las tres divisiones que se hicieron llegaron a ser, en términos generales, Alemania y Francia y la franja intermedia.
Anarquía y Degradación Papal
La línea carolingia cayó alrededor del año 880. Los nobles fuertes gobernaron los reinos feudales y la iglesia también. Después del pontificado de Nicolás I (858-67), el oficio papal se hundió en profundidades indescriptiblemente bajas. La violencia, el crimen, y la mutilación, eran practicadas por sus ocupantes conforme las diversas facciones políticas se apoderaban intermitentemente del control. Nuevas invasiones aterrorizaron y devastaron la población. Los nórdicos y los húngaros invadieron los llanos del norte. Los mahometanos en el Norte de África y en España estaban a punto de obtener la victoria sobre lo que no habían sido capaces de cumplir por causa de Carlos Martel en 732. Desde las bases en África, Egipto y España, estos invasores capturaron Córcega, Cerdeña y Sicilia; después Palermo y Messina en Italia. Roma fue saqueada en 841.
Anarquía y Degradación Papal
La línea carolingia cayó alrededor del año 880. Los nobles fuertes gobernaron los reinos feudales y la iglesia también. Después del pontificado de Nicolás I (858-67), el oficio papal se hundió en profundidades indescriptiblemente bajas. La violencia, el crimen, y la mutilación, eran practicadas por sus ocupantes conforme las diversas facciones políticas se apoderaban intermitentemente del control. Nuevas invasiones aterrorizaron y devastaron la población. Los nórdicos y los húngaros invadieron los llanos del norte. Los mahometanos en el Norte de África y en España estaban a punto de obtener la victoria sobre lo que no habían sido capaces de cumplir por causa de Carlos Martel en 732. Desde las bases en África, Egipto y España, estos invasores capturaron Córcega, Cerdeña y Sicilia; después Palermo y Messina en Italia. Roma fue saqueada en 841.
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