Mientras el obispo León I de Roma (440-61) conseguía que le reconocieran algunas de sus pretensiones en el concilio de Caledonia (451), estaban teniendo lugar grandes migraciones raciales. Durante el Siglo II había sido necesario que el gobierno romano mantuviera grandes guarniciones a través de Europa Central para impedir que las tribus germanas se volcaran sobre el Imperio Romano. Otras tribus vagaban por el sur y el oeste de las amplias estepas de lo que ahora es Rusia, se puso más presión sobre las tribus enfrente de las guarniciones romanas para impedirles entrar al imperio. A través de los Siglos III y IV de la era cristiana los gobernadores romanos pelearon continuamente para contener la invasión de las diversas tribus conocidas como godos, visigodos (godos del occidente), ostrogodos (godos del oriente), vándalos, francos, borgoñones, lombardos, etcétera. Las tribus empezaron a penetrar durante e! Siglo IV. La fecha cuando los 'ostrogodos' vencieron finalmente a Roma usualmente se considera el año (476), pero Roma ya había caído desde (410 ante Alarico el Godo, Atila (452) y Geserico (445) fueron sometidos solamente por la sagacidad del papa León I.
Algunas de estas tribus ya eran cristianas nominales. Ulfilas y su movimiento habían alcanzado a muchas de ellas con el cristianismo arriano. Cuando estas tribus germánicas invadieron el antiguo Imperio Romano, es cierto que ellas derrumbaron la antigua civilización grecorromana. Sin embargo, también es cierto que proveyeron una oportunidad para que
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