El último de los grandes movimientos de reforma ocurrió en Inglaterra. Esta grande isla fuera de la costa de
Mientras tanto,
Raíces de
Roberto Fonseca M,presenta la Historia del cristianismo en general.
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El último de los grandes movimientos de reforma ocurrió en Inglaterra. Esta grande isla fuera de la costa de
Mientras tanto,
Raíces de
El principal impulsor de la revuelta inglesa contra el control papal fue el mismo soberano, Enrique VIII. A pesar de la inclinación tardía a cambiar de esposas, hubo otros factores, además de los coquetos ojos de Ana Bolena, que lo impulsaron a un rompimiento con la silla papal. El problema empezó cuando el padre de Enrique arregló el matrimonio entre Arturo (el hermano mayor de Enrique VIII) y Catalina, la hija menor de Fernando e Isabel de España. Tal unión fortalecería el dominio de la línea Tudor sobre el trono inglés, y se pensaba que era necesaria. La boda se efectuó el 14 de noviembre de 1501, pero Arturo murió el 2 de abril de 1502. Puesto que todavía se deseaba una unión entre las dos naciones, se arregló que el joven Enrique se casara con Catalina. El papa Julio II, bajo presión de Inglaterra y España, concedió una dispensa con serias dudas, y la boda se celebró el 11 de junio de 1509. Debe decirse quería misma Catalina declaró posteriormente en solemne juramento que ella de hecho nunca había sido la esposa de Arturo.
Aparentemente Enrique VIII nunca se apartó del sentimiento de que el matrimonio era un pecado, puesto que la ley canónica prohibía a uno casarse con la viuda de su hermano. El único vástago que sobrevivió al matrimonio fue María, nacida en 1516; cuatro niños antes del nacimiento de ella, y varios después, o nacieron muertos o murieron en la primera infancia, Esto significaba que Enrique no teñía heredero varón. Puesto que la línea Tudor acababa de ganar el trono y puesto que Inglaterra podría resentirse con una soberana, se temía que la ausencia de un heredero varón trajera una revolución. Enrique decidió hacer que el papa declarara nulo el matrimonio con Catalina, para así permitirle otro matrimonio, en un esfuerzo por conseguir un heredero varón. El papa posponía complacer a Enrique, dado que el sobrino de Catalina era el. Emperador Carlos V de España, que se negaba a permitir que el papa hiciera tal cosa. Cuando en 1529 el representante papal dio clara evidencia de la negativa papal, Enrique propuso deliberdamente separar a Inglaterra del gobierno eclesiástico romano. Mediante falsa acusación y coerción, Enrique consiguió la legislación del Parlamento en 1534, que separaba a Inglaterra del gobierno papal y declaraba a Enrique la cabeza suprema de
Además de Ana Bolena, entre 1533 y su muerte en 1547, Enrique se casó con Jane Seymour (1536), Ana de Cleves (1540), Catalina Howard (1540), y Catalina Parr (1543). Los principales sucesos durante los últimos años de la reforma de Enrique fueron: la confiscación de la propiedad monástica; la publicación de
Debe recordarse que Enrique VII empezó la línea Tudor en Inglaterra. Los hijos de su hijo (Enrique VIII) completaron esa línea. Ellos fueron Eduardo VI (el hijo de Enrique con Jane Seymour), que reinó de
Reforma Bajo María (1553-58). —María subió al trono determinada a tomar venganza sobre los que habían declarado nulo el matrimonio de su madre con Enrique, —hacer volver a Inglaterra al seno de
Pocos meses después los obispos Ridley y Latimer fueron quemados por herejes, y muy pobo después el Arzobispo Tomás Cranmer sufrió la misma suerte. Los historiadores opinan que la quema de esos tres dirigentes, junto con aproximadamente otros trescientos durante los cinco años de reinado de María, hicieron de Inglaterra una nación protestante. En julio de 1554, María se casó con Felipe II de España, que pronto sería rey de España, pero ella murió sin heredero.
Reforma Bajo Isabel (1558-1603. — Isabel, hija de Enrique con Ana Bolena, fue la última de la línea Tudor. Es de sorprender que hubiera vivido hasta conseguir el trono. La razón para compadecerse de ella fue puramente política. Felipe de España reconocía que si algo le pasaba a Isabel, entonces María, reina de los escoceses, y esposa de Francisco II de Francia, sería la sucesora de la corona inglesa. Esto hubiera significado que Inglaterra, Escocia y Francia se hubieran unido bajo una corona, una preponderancia de poder continental' que
Felipe temía mucho. Su padre, el emperador, pensaba que Isabel sería asesinada a pesar de posible sucesión, y demasiado tarde para llevar lo a cabo, Felipe llegó a la misma conclusión. Era una conclusión inevitable que Isabel seria antiromana, puesto que el papa había declarado que su madre no era legítimamente la esposa de Enrique VIII. Ella había sido educada bajo el obispo Hooper, que era fuertemente calvinista en sus ideas doctrinales.
Isabel se movió lentamente al principio, pero en 1559, con considerable oposición, el Parlamento aprobó la legislación que reconocía a Isabel como suprema gobernadora de la iglesia, y aun con mayor poder eclesiástico que el que su padre había conocido. Ella obró cuidadosamente para acabar de demoler toda la estructura que en favor de Roma, María había erigido. En 1559, mediante un Acta de Uniformidad, Isabel ordenó nuevamente el uso del segundo libro de oraciones de Eduardo VI, con unas pocas enmiendas.
Menos de doscientos de los novecientos clérigos católicos romanos se negaron a dar su voto de fidelidad a Isabel, pero todos los obispos de María estaban, incluidos en la minoría. El cardenal Pole había muerto muy poco después de María, así que para tener una sucesión que no fuese romana, Isabel consiguió cuatro obispos que habían sido consagrados bajo Enrique VIII y Eduardo VI, para que impusieran las manos sobre Mateo Parker y lo consagraran como Arzobispo de Canterbury. La iglesia de Inglaterra argumenta que la continuación de la "sucesión fue válida bajo la ley eclesiástica, mientras que el papa ha decidido oficialmente que esta sucesión es nula. En 1563 los Cuarenta y Dos Artículos de Eduardo fueron revisados y publicados como los Treinta y Nueve Artículos (aunque los veintinueve artículos fue-ron suprimidos hasta 1571 por razones políticas), y estos artículos se han convertido en la declaración doctrinal oficial. Muestran tendencia al calvinismo.
En 1570 Isabel fue excomulgada y depuesta por
Como resultado de estos sucesos, Felipe II, ahora soberano de España,
reunió una flota de barcos, y el 12 de julio de 1588
A la muerte de Isabel en 1603, Inglaterra tenía un fuerte gobierno protestante. Esto no significaba, sin embargo, que se permitía la disensión, porque la disensión religiosa no era diferente de la rebelión, civil en un ambiente en que la iglesia y el estado estaban unidos en un solo soberano.
Por el rápido oscilar de las ideas religiosas reales, no es de sorprender que el pueblo no cambiara rápidamente sus convicciones religiosas para concordar. Esto era particularmente cierto en el caso de los que habían estado expuestos a los movimientos continentales de reforma, donde las convicciones eran mucho más profundas e influyentes que en la isla de Inglaterra.
Ya para 1550 los obispos Hooper y Ridley (ambos quemados después por María Tudor) revelaron su repugnancia por las supersticiones papales y las prácticas no escriturarias. La dirección inversa de las demandas religiosas reales bajo el gobierno católico de María Tudor (1553-58) hizo huir a veintenas de dirigentes protestantes en busca de seguridad al continente. Muchos de ellos entraron en contacto con el sistema de Calvino en Suiza. Por esta doctrina se convencieron de que la adoración debe contener sólo esos elementos que fueron distintivamente enunciados en las Escrituras. Tal principio socavaba las numerosas prácticas católicas romanas que descansaban sencillamente en la tradición, y en muchos casos hacía caso omiso de las cosas que los luteranos habían retenido, porque Lutero había decidido seguir con las prácticas y galas tradicionales en la adoración a menos que fueran prohibidas expresamente en las Escrituras. Así, cuando un soberano protestante subió al trono inglés en 1558, muchos de los exilados regresaron a su propio país para favorecer un protestantismo más radical que la medianera reforma inglesa.
Ellos demandaban la eliminación de los elementos papales en el culto, tales como la adoración de la hostia, al arrodillarse en
Desde este tiempo hasta que muchos de ellos se unieron en el movimiento wesleyano del siglo XVIII, los puritanos tuvieron una parte muy importante en la vida religiosa inglesa. Ellos, junto con los separatistas y los bautistas, son introducidos aquí porque se hará referencia a ellos en el predominio del primer rey Estuardo, que empezó en 1603.
Era inevitable que algunos no estuvieran satisfechos con los esfuerzos por sencillamente purificar la iglesia establecida. Al otro lado del canal, en el Continente, los luteranos se habían separado de
en el idioma inglés. En 1525-26 Guillermo Tyndale desde su exilio en el Continente, había hecho una traducción inglesa del Nuevo Testamento y la había metido de contrabando a Inglaterra. Apresado y matado en 1535 por
La oración fue contestada el siguiente año. Enrique ya había roto con
Ya para 1567, después que el Arzobispo Mateo Parker había demandado conformidad a los símbolos de la iglesia establecida en Inglaterra, las autoridades apresaron a un grupo de separatistas de Londres bajo la dirección de Ricardo Fitz: Eran de tipo congregacional, aunque es difícil estimar cuánto había progresado su organización. Por 1580 un franco ministro puritano, Roberto Browne, adoptó los principios separatistas y con Roberto Harrison fundó una iglesia independiente en Norwich, el siguiente año. Browne huyó de la persecución a los Países Bajos y publicó tres tratados que han permanecido como una exposición de los conceptos básicos de los congregacionalistas, aunque Browne regresó a la iglesia establecida. En 1587 Enrique Barrowe y Juan Greenwood fueron aprisionados por separatismo, y por sus tratados Francisco Johnson, puritano y enemigo del separatismo, fue ganado para sus principios. En 1592 Johnson se convirtió en pastor de una iglesia congregacional organizada en Londres, pero el siguiente año, por causa de la creciente persecución que hizo morir a Barrowe y Greenwood, Johnson fue obligado a huir a Amsterdam, donde fue pastor de una congregación.
Pronto vino a Amsterdam una segunda iglesia separatista. Un grupo de separatistas de Gainsborough, Inglaterra, entre cuyos dirigentes estaban Tomás Helwys y Juan Murtón y después Juan Smyth. Huyeron a Amsterdam por el año 1607 y formaron otra iglesia independiente en esa ciudad. Fuera de este grupo surgió un nuevo tipo de biblicismo, que será discutido poco después bajo el encabezado de Bautistas Ingleses. Una tercera congregación independiente que huyó de Inglaterra por 1607 se estableció en Leyden, después de detenerse primero en Amsterdam. Este grupo había venido de Scrooby Manor, no lejos de Gainsborough, y era guiado por hombres con nombres tan familiares como Guillermo Bradford, Guillermo Brewster y Juan Robinson. De ellos salieron los peregrinos que emigraron a Nueva Inglaterra en 1620.
Bautistas Ingleses
El pastor de la segunda iglesia separatista de Amsterdam fue Juan Smyth, que había sido discípulo de Francisco Johnson, pastor de la primera iglesia separatista de la misma ciudad. Smyth había sido criado en
Era una ocasión peligrosa para decidir eso. Jaime I había determinado echar de la tierra a los inconformes. Smyth se unió al grupo de Gainsborough y con ellos huyó a Amsterdam por 1607. Aquí Smyth llegó a la convicción de que las Escrituras debían ser la única guía de fe y práctica y que las Escrituras demandaban el bautismo solamente de los creyentes. Esto, por supuesto, iba más lejos de lo que la otra iglesia independiente de Amsterdam creía, y contribuyó a producir una separación entre las dos iglesias. Por 1609 Smyth se bautizó a sí mismo (por aspersión) y a otros treinta y seis, y formó la primera iglesia inglesa en sostener el bautismo de los creyentes. Smyth y unos cuantos seguidores, parecen haber dudado pronto de su autoridad para bautizar, así que solicitaron admisión a la iglesia menonitá cercana. Smyth murió antes de ser admitido a su comunión, pero finalmente algunos fueron recibidos.
Por otra parte, Tomás Helwys y Juan Murtón, con la minoría, regresaron a Inglaterra para formar
Los calvinistas ingleses o bautistas particulares generalmente tienen la fecha de 1638. En 1616 Henry Jacob organizó en Londres una iglesia separatista o independiente. Varios cismas surgieron bajo los pastores siguientes. En 1638 un grupo se separó por su convicción de que sólo los creyentes deberían ser bautizados. Con otros, estos formaron en 1638 la primera Iglesia Bautista Calvinista de Inglaterra, bajo la dirección pastoral de Juan Spilsbury. Después fueron llamados Bautistas Particulares por su creencia en una expiación limitada—Cristo murió sólo por los elegidos. Al final del período había más de siete Iglesias Bautistas Particulares en Inglaterra. Algunos de sus dirigentes sobresalientes fueron Guillermo Kiffin, Hanserd Knollys, y Juan Bunyan.
EL AVIVAMIENTO CATÓLICO ROMANO
La palabra "contrarreforma" que se aplica algunas veces a la actividad de
El Fondo del Avivamiento Católico Romano
Movimientos Nacionales de Reforma. — Ya se ha hecho notar que os concilios reformadores qué apuntaban a
Un nuevo mundo nació en el siglo XV. Hasta entonces las principales luchas de
Tal vez el área más significativa en la aparición de los estados nacionales fue la de España. Se desarrolló rápidamente. Se unió en 1469 por el matrimonio entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, y se extendió mediante subsecuentes conquistas. Por medio de la represión de todas las fuerzas disidentes dentro de la península, y moviéndose con osadía y firmeza en la política europea, Fernando e Isabel contribuyeron para dejarle a su nieto, Carlos I, el gobierno más fuerte del Continente. Aunque no había evidencias de sublevación en España contra el control papal, la pareja soberana reconocía la necesidad de mantener la integridad del estado al tratar con
Preparando el camino para Carlos, y en muchos sentidos constituyendo la inspiración del tipo español de reforma, estaba Jiménez de Cisneros (1436-1517). Educado en España y en Roma, Jiménez era talentoso, consagrado, incansable e inhumano. Escogido como confesor por la reina Isabel, Jiménez fue nombrado arzobispo de Todo y canciller de Castilla, a pesar de sus aparentemente sinceras protestas para aceptar el alto puesto. Uniendo la autoridad real y la eclesiástica, Jiménez fundó
Jiménez ordenó que todos los mahometanos de España, que se habían asentado allí después que Carlos Martel los había hecho retroceder de Francia en 732, se volvieran cristianos o fueran desterrados. Los demás, la rígida disciplina de Jiménez se dice que lo indujo a echar l España a un millar de monjes, antes de su muerte en 1517. Su celo aspiró un avivamiento teológico y complementó la obra de Torquemada en la observancia de
El Humanismo y
Reacción Papal a los Esfuerzos cíe Reforma Antes de 1540
Los fuertes pero fallidos esfuerzos por reformar el papado mediante concilios aparentemente fueron desperdiciados. Los papas siguientes parecieron considerar el fracaso de los concilios como un voto de confianza en los métodos sin escrúpulos y en la vida descuidada de los papas anteriores, y también como una evidencia de que los abusos generales de doctrina y práctica eran de menor interés. Ya se ha mencionado la vida licenciosa de Pío II (1458-64), Sixto IV (1471-84), y Alejandro VI (1492-1503). Julio II (1503-13) encontró necesario convocar a un concilio general como un medio de derrotar un concilio reformador del rey de Francia y del emperador en 1510. El concilio se reunió en Roma en 1513, poco después de la muerte de Julio. Tuvo felices resultados para el papado. Los cardenales franceses que habían criticado severamente las corrupciones papales fueron pacificados. Más importante aún: en 1516 se alcanzó una nueva comprensión entre el papa León X (1513-21) y Francisco I de Francia, por la cual
Aunque tardía en aparecer, una bula papal de noviembre 9 de 1518 corrigió algunos de los peores abusos. Debe recordarse que la esencia de las protestas primitivas de Lutero consistía en la negación de que las indulgencias pudieran perdonar la culpa sin arrepentimiento. Este punto cardinal fue concedido por la bula papal. También fíjala autoridad papal como inmediata a la tierra solamente, aunque concedía considerable influencia a las peticiones del papa por las almas en el purgatorio, por los méritos de Cristo y de los santos. Esta bula no representó una concesión a Lutero ni una revisión de la doctrina católica romana. Lo contrario era lo cierto. El papa había hecho ahora explícitas declaraciones de la ortodoxia católica romana, a menos que las atacara, Lutero sería condenado por anarquía eclesiástica tanto como por defección doctrinal. Empezaron a formarse las líneas en cada lado de la controversia. Apareció un considerable cuerpo de literatura, alguna atacando y alguna defendiendo al gobierno y doctrina católicos romanos. Hasta Enrique VIII dé Inglaterra, después Erasmo, escribieron como defensores de la fe.
El breve pontificado de Adriano VI (1522-23) hizo poco, excepto apoyar fingidamente la reforma. Clemente VII (1523-34) aprobó la tradicional costumbre de aplastar a los disidentes eclesiásticos marcándolos con hierro como herejes listos para la hoguera, y de combatir a los príncipes protestantes por el recurso de alianza política. Su juicio frecuentemente era muy pobre. Su apoyo al rey Francisco I de Francia realmente ató las manos del emperador Carlos V de España, cuando Carlos estaba dispuesto y podía matar al joven y débil movimiento luterano. La influencia del "equilibrio de poder" político de Clemente, dirigido contra los crecientes Hapsburgo durante el período critico de la reforma, es posible que haya salvado la reforma protestante. En 1527, enojado por las tácticas de Clemente, Carlos permitió que un ejército invadiera Italia y tomara prisionero al papa, las penalidades de lo cual probablemente apresuraron la muerte de Clemente.
Su sucesor, Pablo III (1534-49), obró cuidadosamente. De entre filas del Oratorio del Divino Amor y de otras conocidas como favorecedoras de la reforma limitada para suprimir los abusos, él nombró varios nuevos cardenales: Caraffa, Sadoleto, Pole y Cantarino, y formó una comisión bajo su dirección para investigar e informar sobre la necesidad de una reforma. Aunque el informe de 1538 no fue inmediatamente efectivo para producir acción, la preparación del mismo y el entrenamiento dado a los hombres que pronto tendrían los puestos más altos de dirección en
Decisión Final Católica Romana sobre
Después de la conferencia de Regensburg (Ratispon) en 1541,
Dos movimientos ayudaron grandemente en la lucha de
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PERIODO DE INTRUSIÓN DEL RACIONALISMO (1648-1789)
Introducción al Período
Al principio de este período el mundo estaba muy desorganizado. Guerra de los Treinta Años en el Continente había asolado la mayor parte de los Estados Alemanes, y la continuación de batallas esporádicas proyectaba la miseria de una temprana catástrofe. En Inglaterra guerra fratricida entre la gente y la casa de los Estuardo terminó dramáticamente en 1649 con la decapitación de Carlos I y la toma del por Oliverio Cromwell. En todo el período el Continente estuvo dominado por Francia, aunque la represión política y religiosa del pueblo puso los fundamentos de la gran revolución al fin del período que quitó a Francia del lugar preponderante entre las naciones. Inglaterra, mientras tanto, se movía hacia la democratización de su monarquía. El Parlamento continuamente recibía más responsabilidades gubernamentales y políticas. El avivamiento de Wesley indudablemente salvó a Inglaterra de una revolución similar a la de Francia.
Durante este período el mundo intelectual se sacudió todas las restricciones tradicionales de sus sistemas teológicos y filosóficos. Debe recordarse que las formulaciones de Francisco Bacon (1561-1626) y Rene Descartes (1596-1650) dieron nuevo énfasis al racionalismo para interpretar el mundo. Este énfasis fue continuado por Espinosa y Leibnitz. El empirismo de Juan Locke (1632-1704) tomó una dirección diferente, dando inspiración para el idealismo de Berkeley y el escepticismo de Hume. En este período, Emmanuel Kant (1724-1804) llevó la era de la razón a su cumbre. Al hacer de la mente del hombre el factor dominante en la categorización del mundo de la experiencia, Kant demolió el antiguo racionalismo, pero introdujo un nuevo tipo. El puso las bases para los posteriores sistemas de pensamiento que desarrollaron más completamente la verdad de que el hombre no es simplemente una criatura pensante sino que tiene otras facetas en su naturaleza.
Puntos de Especial Interés
En este período se puede ver las sucesivas embestidas del cristianismo contra el racionalismo militante y el escepticismo. En el Continente esto tomó la forma de pietismo. Este movimiento fue muy importante en sus contribuciones inmediatas, y también en su influencia sobre el avivamiento, tanto en América como en Inglaterra el siguiente siglo. El tema dominante en el cristianismo inglés de este período era el avivamiento wesleyano. Cada parte de la vida inglesa fue bendecida por él, y la ascensión de Inglaterra a un lugar dominante en los asuntos del mundo el siguiente siglo, radica en gran parte en el carácter salvador de este avivamiento, tanto en la vida social como en la política. El gran despertar en las colonias americanas, evidentemente encendido por los antecedentes pietistas, hizo mucho para poner los fundamentos en la vida religiosa y política del nacimiento de la nueva nación.
Ignacio de Loyola, fundador de
Tres años después se inició la expedición a Jerusalén, pero por causa de la guerra de los turcos fueron detenidos en Venecia. Aquí Loyola encontró a Caraffa y atrajo la atención de Contariní. El papa pablo III (1534-49) se impresionó con la capacidad de Loyola y con su devoción a
Organización y Doctrinas. — El gran impacto de esta nueva orden puede verse en el hecho de que cuando el Concilio de Trento se reunió, solamente cinco años después de que la sociedad fue autorizada, fueron los jesuítas los que tuvieron la parte principal en este importante concilio. Esta sociedad ha sido la avanzada de algunas de las más grandes realizaciones de
El entrenamiento concienzudo y las normas éticas de los jesuítas rápidamente los colocaron en lugares directivos por toda Europa. Como confesores y abogados eclesiásticos influían grandemente a los príncipes católicos en los asuntos de estado; sus escuelas, su naturaleza transigente en el confesionario, su predicación hábil, y su celo misionero, les dieron amplia adhesión. Quizás la palabra "obediencia" es la palabra más grande en el jesuitismo. Loyola escribió en su Ejercicios Espirituales:
Que podamos ser completamente de la misma opinión y de conformidad con la iglesia misma, si ella hubiera definido algo como negro y a nuestros ojos aparece blanco, debemos de la misma manera decir que es negro. Porque debemos creer sin duda, que el Espíritu de nuestro Señor Jesucristo, y el Espíritu de
Y además, en
Que cada uno se persuada a sí mismo de que los que viven bajo obediencia deben dejarse dirigir y gobernar por la divina pro/videncia obra mediante sus Superiores exactamente como si fueran un cuerpo que se sufre a sí mismo para ser dirigido y manejado en la maque fuera; o exactamente como el bastón del anciano que sirve al lo tiene en su mano, dondequiera y como quiera que él desea usarlo…
Esta obediencia ciega demandaba renunciar a la conciencia individual. Otra norma moral inaceptable' de los jesuitas son las doctrinas del probabilismo (cualquier proceder puede ser justificado si se encuentra una autoridad en su favor), la del intencionalismo (si la intención es buena, deben pasarse por alto otras consideraciones), la las reservas mentales (no tiene que decirse necesariamente toda verdad, aun bajo juramento). Hay otras dos doctrinas que se atribuyen a los jesuitas, pero han sido negadas por sus dirigentes respondes. Una es que el fin justifica los medios; si el resultado es para la mayor gloria de Dios, entonces cualquier medio usado para alcanzares permitido. La otra es el asesinato de los tiranos. A pesar de las protestas de los jesuitas, hay evidencia de que estos últimos dos principios eran aceptables en el primer período de la historia dé la sociedad y, de hecho, están implícitas en las primeras tres de estas normas morales.
El Progreso de
en Italia, Portugal, Bélgica, y Polonia. Sus mayores victorias fueron: ganadas en Alemania y Austria, donde, junto con las controversias luteranas,
En cualquier parte donde podía gobernar a los dirigentes seculares, la creciente Iglesia Católica Romana seguía el ejemplo de Constantino de suprimir la disensión con la espada. Durante el período medieval es probable que la espada secular hiciera más por el crecimiento del poder romano que todos los misioneros de Roma juntos. Las cruzadas representaban en gran manera el detestable espíritu de la coerción militar en nombre de la religión. La caza de herejes y la pena de muerte en la hoguera ocuparon la atención de la mayor parte de los obispos ortodoxos del sistema católico romano hasta 1243, cuando la maquinaria especial de
Las guerras husitas del siglo XV dieron una vislumbre de los horrores que vendrían el siguiente siglo. Julio II (1503-13), el papa guerrero que alardeaba de sus hazañas con la espada, es una figura típica en una época en que la fuerza hacía el derecho, hasta en religión. En el siglo XVI los intentos por reformar
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