Cualquier persona concienzuda vera como verdadera curiosidad la descripción del apóstol Pablo en Hechos 21:37-40. Pablo había levantado su habitual tumulto, esta vez en el templo en Jerusalén, solo fue salvado de serias heridas a manos del populacho judío por la intervención de los soldados romanos que hacían la ronda en la ciudad.
lograr hablar al pueblo desde las escalinatas del castillo de la prisión, se presentan en rápida sucesión cuatro aspectos de su vida:
(1) hablaba del idioma griego y era ciudadano de una ciudad notable por su cultura griega.
(2) Era ciudadano romano (nótese Hechos 22:25-29, 21:39),
(3) Era judío y hablaba fluidamente el hebreo.
(4) Era cristiano, y daba testimonio del Maestro a su propia raza.
Los diversos elementos reflejados aquí, raciales, lingüísticos y religiosos, sólo son inteligibles cuando se comprende el fondo de Pablo, aquí está la función de la historia eclesiástica: explicar por qué y cómo. Es posible interpretar a Pablo o a cualquier parte del cristianismo sin entender el fondo histórico. Para el período del Nuevo Testamento, éste incluye influencias griegas, romanas y judías. Costumbres, partidos, tradiciones, y alusiones que no tienen significado a menos que se expliquen en términos históricos, aparecen constantemente en el Nuevo Testamento.
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