En la iglesia del Nuevo Testamento no había diferencia de oficio entre un obispo y un presbítero; los dos nombres sencillamente describían funciones del mismo oficio (ver Hechos 20:17-35). Sin embargo, muy pronto en el segundo siglo empezó a hacerse común que uno de los ministros asumiera la dirección, algunas veces por causa de una erudición inusitada, por una personalidad fuerte, o por madurez.
Tan pronto como en el año 150 uno de los escritores habla de un presidente de los ministros en una sola iglesia. Hay varias razones para que tal oficio se desarrollara tan rápidamente. Los obispos o presbíteros primitivos se dedicaban a trabajo secular para vivir, y cumplían los deberes de su oficio en la iglesia cuando no trabajaban. Conforme los cristianos crecieron en número y en capacidad económica, se pidió a un hombre, el más capacitado, que renunciara a su trabajo secular y diera todo su tiempo a la obra religiosa. Su tarea llegó a ser "supervisar" (la palabra que significa "obispo") la obra de la comunidad cristiana. El recibió el título de obispo en un sentido especial y, finalmente reclamó el nombre como una dignidad única. Los otros ministros eran llamados ahora "presbíteros" para distinguirlos del ministro "supervisor", el obispo. Temprano en el segundo siglo las iglesias de Antioquia en Asia habían mejorado a tal líder hasta ponerlo sobre todos los presbíteros, aunque esto no se había manifestado en Roma, Filipos o Corinto.
Otro factor que trajo autoridad y prestigio al nuevo oficial conocido solamente ahora como obispo, fue el desarrollo de concilios locales para consejo y discusión. Los líderes de varias iglesias en un área geográfica dada empezaron a tener tales concilios o sínodos, y por su lugar en la congregación local, el nuevo obispo actuaba como vocero de su iglesia. Era él el que informaba a la congregación respecto a la acción unida de todos los cristianos al combatir la herejía, al ejercer disciplina, y en otros asuntos de acción común.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario es importante. Gracias