Una razón del fracaso de los movimientos anteriores de reforma fue la escasez general de inteligencia. El temor y la superstición eran obstáculos demasiado grandes para que los venciera cualquier movimiento antipapal. El renacimiento intelectual que siguió a las cruzadas le dio un gran impulso a la ilustración popular. El desarrollo de la imprenta a mediados del siglo XV hizo posible reproducir el mensaje hablado para miles de audiencias. La reforma de Lutero no hubiera sido tan efectiva si no hubiera habido información e interés general mediante el uso de panfletos y libros. Además, el movimiento conocido como "humanismo", aunque no siempre religioso en su énfasis, produjo ilustración y liderazgo que contribuyeron grandemente a la reforma de Lutero.
Finalmente, la actitud del hombre común hacia el papado había pasado por una profunda transformación. Es muy dudoso que Lutero o cualquiera otro se hubiera atrevido a dar los pasos que pudieran separarlo de la Iglesia Católica Romana si hubiera creído que tal cisma le resultaría en la pérdida de la salvación. Ajeno al realismo filosófico y a las pretensiones de la Iglesia Romana, se había desarrollado un concepto general de que la salvación podía obtenerse aparte del sistema romano.
Es cierto que algunos seguidores de Lutero lo abandonaron cuando él deliberadamente se apartó de la Iglesia Católica; sin embargo, el mero hecho de que las multitudes alemanas lo siguieran en un movimiento. Cismático, participando con él de la anatematización de la iglesia, habla de un nuevo punto de vista. Los sucesos principales que inculcaron tal concepto sólo pueden suponerse, pero es probable que el recuerdo del cisma papal haya sacudido la fe implícita de mucho en un cuerpo de Cristo visible y no quebrantado. El desafío de la excomunión papal por los gobiernos seculares reveló el sentir del pueblo y fortaleció. La idea de que la salvación no descansa solamente en el sistema romano; la presencia por siglos de fuertes movimientos de disidentes como los valdenses y los Hermanos Bohemios rebajó las pretensiones romanas; y el constante conflicto entre la iglesia y el estado, de cada uno de los cuales se pensaba como una institución divina, trajo confusión y duda respecto a las pretensiones de la iglesia. Cualesquiera que hayan sido las razones, es evidente que millones estaban deseosos de dejar el cuerpo que reclamaba ser la única fuente de salvación. Estaban convencidos de que la salvación puede encontrarse en cualquier otra parte.
Factores Religiosos que Contribuyeron a la Reforma
Casi inseparables de los factores intelectuales descritos eran los elementos religiosos que movieron a las multitudes hacia la reforma. Algunos de los movimientos disidentes han sido descritos en el capítulo anterior. Es imposible medir la influencia ejercida por estos grupos, pero de haber sido muy grande. Sea que se juzgue por los escasos registros disponibles, o por un intento de explicar el repentino apoyo general a las reformas de Lutero y otros, debe ser claro que o un gran fenómeno histórico ocurrió sin suficientes antecedentes o que las masas de gente estaban ampliamente preparadas para un rompimiento con la iglesia dominante antes de que Lutero y otros las llamaran. Los factores negativos indudablemente contribuyeron, tales como el extremadamente bajo tono de la religión y la moralidad en los papas inmediatamente anteriores a la reforma y los indescriptibles abusos del sistema católico romano completo tal como puede resumirse en la venta de seudo indulgencias. Es difícil de creer que sólo estos den cuenta de la gran revolución del siglo XVI.
Finalmente, la actitud del hombre común hacia el papado había pasado por una profunda transformación. Es muy dudoso que Lutero o cualquiera otro se hubiera atrevido a dar los pasos que pudieran separarlo de la Iglesia Católica Romana si hubiera creído que tal cisma le resultaría en la pérdida de la salvación. Ajeno al realismo filosófico y a las pretensiones de la Iglesia Romana, se había desarrollado un concepto general de que la salvación podía obtenerse aparte del sistema romano.
Es cierto que algunos seguidores de Lutero lo abandonaron cuando él deliberadamente se apartó de la Iglesia Católica; sin embargo, el mero hecho de que las multitudes alemanas lo siguieran en un movimiento. Cismático, participando con él de la anatematización de la iglesia, habla de un nuevo punto de vista. Los sucesos principales que inculcaron tal concepto sólo pueden suponerse, pero es probable que el recuerdo del cisma papal haya sacudido la fe implícita de mucho en un cuerpo de Cristo visible y no quebrantado. El desafío de la excomunión papal por los gobiernos seculares reveló el sentir del pueblo y fortaleció. La idea de que la salvación no descansa solamente en el sistema romano; la presencia por siglos de fuertes movimientos de disidentes como los valdenses y los Hermanos Bohemios rebajó las pretensiones romanas; y el constante conflicto entre la iglesia y el estado, de cada uno de los cuales se pensaba como una institución divina, trajo confusión y duda respecto a las pretensiones de la iglesia. Cualesquiera que hayan sido las razones, es evidente que millones estaban deseosos de dejar el cuerpo que reclamaba ser la única fuente de salvación. Estaban convencidos de que la salvación puede encontrarse en cualquier otra parte.
Factores Religiosos que Contribuyeron a la Reforma
Casi inseparables de los factores intelectuales descritos eran los elementos religiosos que movieron a las multitudes hacia la reforma. Algunos de los movimientos disidentes han sido descritos en el capítulo anterior. Es imposible medir la influencia ejercida por estos grupos, pero de haber sido muy grande. Sea que se juzgue por los escasos registros disponibles, o por un intento de explicar el repentino apoyo general a las reformas de Lutero y otros, debe ser claro que o un gran fenómeno histórico ocurrió sin suficientes antecedentes o que las masas de gente estaban ampliamente preparadas para un rompimiento con la iglesia dominante antes de que Lutero y otros las llamaran. Los factores negativos indudablemente contribuyeron, tales como el extremadamente bajo tono de la religión y la moralidad en los papas inmediatamente anteriores a la reforma y los indescriptibles abusos del sistema católico romano completo tal como puede resumirse en la venta de seudo indulgencias. Es difícil de creer que sólo estos den cuenta de la gran revolución del siglo XVI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario es importante. Gracias